Las metodologías ágiles son aquellas que permiten adaptar la forma de trabajo a las condiciones del proyecto para incrementar la productividad y reducir costos y riesgos. Sus principales características: flexibles, autónomas y eficaces.

Estas metodologías surgen de las industrias más “pesadas” como la ingeniería y la mecánica, donde un error podía ser muy costoso y traumático.

Por esta razón, las metodologías tradicionales de gestión de proyectos se han especializado en la prevención y mitigación de riesgos.

Las más conocidas: Agile &Scrum.

Agile
Está orientada a la definición de los objetivos generales de las empresas. Su meta es clarificar cuestiones como el tipo de cliente objetivo, las propuestas de valor añadido, las formas de venta. Suele girar entorno al método de «elevator pitch» (discurso de ascensor)

Scrum
Se caracteriza por ser la «metodología del caos» que se basa en una estructura de desarrollo incremental, esto es, cualquier ciclo de desarrollo del producto y/o servicio se desgrana en «pequeños proyectos» divididos en distintas etapas: análisis, desarrollo y testeo.

En conclusión, las metodologías agiles son muy útiles en la administración de proyectos para no solo reducen el riesgo y la realización de prototipos en cada una de las etapas sino también para la asignación de roles dentro de los equipos multifuncionales, la implementación de procesos y procedimientos y por sobretodo el cambio de paradigma de colocar al usuario/consumidor como eje y parte de la toma de decisiones.